Palabra de Mujer es un
festival interdisciplinario que destaca
la incansable labor de las mujeres peruanas en todas sus manifestaciones. Y este fin de semana en el auditorio de la Alianza Francesa de Miraflores, se realizó el
Conversatorio “Mujer: logros y desafíos”
La mesa estuvo conformada
por tres mujeres que en sus distintos quehaceres, son consideradas luchadoras,
y defensoras de los derechos de la mujer. La actriz Magaly Solier, la
periodista afroperuana Sofía Carrillo, y la ministra de la Mujer Ana Jara.
Aunque en la terna también figuraba la actriz Mónica Sánchez, que nunca llegó
al recinto (se disculpó vía telefónica por un problema personal), cosa más
extraña, porque para nadie es desconocido su afán de figuración, y de
intervenir en cuanto evento se presente.
Magaly
Solier en su intervención mostró una solida madurez que sin
duda ha sabido ganar al trajinar por los tortuosos terrenos de la discriminación,
a lo que ella responde: “El egoísmo hace que un país retroceda. Debemos dejar
toda esa violencia hacia las mujeres, y tenemos la responsabilidad de llevar al
Perú cada vez más arriba. Las mujeres hoy tenemos voz, y somos madres; y el
Estado, aunque sea con faldas, o pantalones, también debe ser madre. Existen
guerras, y más guerras, ¿para qué? El poder solo debe ser para hacer respetar.
¿Qué creen? Hoy, las mujeres de la sierra también tenemos nuestro celular bajo
la enagua. Y hace poco, he sido vitrina del racismo, pero yo le doy un puntazo
en el trasero y lo enfrento. El respeto es la base de toda sociedad”
Sofía
Carrillo, una ferviente defensora de la población afro-peruana,
recordó a la compositora Victoria Santa
Cruz y declamó su famoso poema rítmico “Me gritaron negra”. Sofía inyectó al público esa lisura que las
mujeres hoy despliegan al no dudar en defenderse ante las constantes agresiones
que reciben.
“Somos discriminadas por ser
mujeres, por ser negras, o indígenas, o amazónicas, y es difícil aceptar que te
rechacen, y luego te tocan sin permiso. Y el silencio no puede seguir siendo
más una opción, porque el silencio es el gran cómplice; y siempre me han
preguntado que si el ser mujer, y afroperuana me ha sido un obstáculo, y yo he
dicho que sí. Porque las mujeres afro-descendientes no somos visibles en esta
sociedad, y por eso simplemente nos da la gana de encabezar esta revolución…la
revolución.
Por su parte, la ministra Ana Jara dio un discurso más cálido (en
principio, porque luego habló sobre la gestión pública), haciendo una especie
de mea-culpa al afirmar que los congresistas, incluida ella, no han dado la
talla para representar como se debe a la ciudadanía. Y reveló aspectos de su
vida familiar, y que incluso César
Vallejo fue su tío-bisabuelo, y que su hermano nació en la casa del poeta en
Santiago de Chuco. También, destacó la labor de su madre que luego de enviudar
a los 37 años, y con 4 hijos a cuestas, decidió estudiar la secundaria, para
luego seguir con estudios universitarios en la ciudad de Ica, pese a la presión
de ser madre y de las interminables horas de trabajo que tuvo que afrontar. La
ministra confesó que también fue locutora de radio desde los 15 años de edad, y
lo hizo durante casi diez años. Posteriormente anunció algunos de los programas
de su cartera, y dio a conocer las políticas de gestión pública, cosa que no
alentó mucho a los asistentes (el 90% eran mujeres), que un arranque de falta
de respeto; cortaron abruptamente su discurso, con prolongados aplausos que
fueron extinguiendo sus palabras.
Luego de la conversa, siguió
el recital de Rosa Guzmán (cantante criolla barranquina) y Magaly Solier.
“Me
gritaron negra”
Poema
de Victoria Santa Cruz
Tenía
siete años apenas
apenas
siete años
¡Qué
siete años!
¡No
llegaba a cinco siquiera!
De
pronto unas voces en la calle
me
gritaron ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Neeeegra!
“¿Soy
acaso negra?”- me dije
¡Sí
¡
“¡Qué
cosa es ser negra?”
¡Negra!
Y yo
no sabía la triste verdad que aquello escondía.
¡Negra!
Y me
sentí negra.
¡Negra!
Como
ellos decían
¡Negra!
Y
retrocedí
¡Negra!
Como
ellos querían
¡Negra!
Y
odié mis cabellos y mis labios gruesos
y
miré apenada mi carne tostada
Y
retrocedí
¡Negra!
Y
retrocedí…
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Neeegra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
Y
pasaba el tiempo,
y
siempre amargada
Seguía
llevando a mi espalda
mi
pesada carga
¡Y
como pesaba!...
Me
alacié el cabello.
me
polveé la cara,
y
entre mis entrañas siempre resonaba
la
misma palabra
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Neeegra!
Hasta
que un día que retrocedía, retrocedía y que iba a caer
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra!
¡Negra! ¡Negra!
¿Y
qué?
¿Y
qué?
¡Negra!
Sí
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra
soy
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra
soy
De
hoy en adelante no quiero
laciar
mi cabello
No
quiero
Y
voy a reírme de aquellos
que
por evitar- según ellos-
que
por evitarnos algún sinsabor
Llaman
a los negros gente de color
¡Y
de qué color!
NEGRO
¡Y
qué lindo suena!
NEGRO
¡Y
qué ritmo tiene!
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO NEGRO
Al
fin
Al
fin comprendí
AL
FIN
Ya
no retrocedo
AL
FIN
Y
avanzo segura
AL
FIN
Avanzo
y espero
AL
FIN
Y
bendigo al cielo porque quiso Dios
que
negro azabache fuese mi color
Y
ya comprendí
AL
FIN
Ya
tengo la llave
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO
NEGRO
¡Negra
soy!