martes, 22 de julio de 2014

19 FIL DE LIMA: JORGE FRANCO PREMIO ALFAGUARA DE NOVELA 2014





“Yo siempre tuve que contar las fisuras y los errores que padece la sociedad que me rodea”

Jorge Franco es un escritor colombiano que ya figura entre los narradores más sobresalientes de Latinoamérica, su novela Rosario Tijeras cosechó tanto éxito que fue llevada al cine y a la pantalla chica, luego vinieron títulos como Paraíso Travel, Melodrama, y Santa Suerte.

Y en el mes de marzo de este año, fue galardonado nada menos que con el Premio Alfaguara de Novela por su obra El mundo de afuera, y cuya dotación de 175,000 dólares no le cayó nada mal, luego de haber enviado su manuscrito, en reñida convocatoria, con otros 871 procedentes en su mayoría de países hispanos.

Precisamente, la editorial Alfaguara en Perú, organizó la presentación de El mundo de afuera, en la sala Arguedas de la FIL. Y quien estuvo a cargo de lanzarla fue el escritor y amigo de Franco, Alonso Cueto, que empezó a reseñar brevemente la nueva novela del colombiano. Ambientada en los años 70, en un Medellín que ya empezaba a ser convulsionado. Uno de los personajes principales es Diego, y  tiene un majestuoso castillo fiel al estilo alemán, él vive con su esposa Dita, e hija Isolda, una niña de cabellos dorados, muy parecida a Rapunzel, como si fuera sacada del cuento de los hermanos Grimm. Diego en un afán de padre protector, la quiere resguardar del mundo exterior, para que no se contamine de él. Afuera, en ese mundo, se encuentra el Mono, un avezado delincuente que luego de observarla se encuentra obsesionado con ella, tan etérea, como si fuera una ninfa de las mitologías.

Ante la interrogante de Cueto, de ¿Cómo le había cogido la noticia del premio? Franco respondió que tal noticia le sorprendió a las cinco de la mañana, mediante una llamada de Pilar Reyes, la directora general de Alfaguara, y que seguidamente, mediante el mismo hilo telefónico del altavoz, Laura Restrepo, con su habitual dulzura, se lo anunció. Seguidamente, el resto del jurado hizo lo mismo.

La historia de Diego, y su hija Isolda, no eran precisamente, ficticias. Jorge Franco le contó al público que en Medellín él había sido vecino de un distinguido señor  que andaba en limusina, y vivía en un castillo. La leyenda urbana de esa época contaba que el distinguido señor tenía a su hija Isolda muerta y embalsamada enfrente del piano de uno de los salones del castillo, claro está, que solo era una leyenda, pues, Isolda estaba enterrada naturalmente en un cementerio. Y  en el año 71 se dio el secuestro de este hombre, y la noticia sacudió a todos, porque terminó de una manera muy trágica, precisamente, en una época en que ya empezaba a dar sus frutos una incipiente ola de violencia en Medellín. “Todos esos fuertes sucesos quedaron en mi memoria, y en honor a mi hija, quise recuperar algo del estilo de la literatura infantil” afirmó Franco; fue entonces, que Isolda creó su propio mundo, y está también esa obsesión del Mono hacia ella, además de los personajes de la esposa alemana de Diego; y la ladrona llamada Twiggy, que usaba pestañas tan tupidas, que formaban una especie de estrella alrededor de sus ojos, y ella, a su vez admiraba a la célebre Twiggy, una esquelética y andrógina modelo inglesa de los sesentas.

Franco reconoció que los diálogos están en toda la novela, y ha sabido sentirse a gusto con ellos, y quizá, él plague los capítulos de diálogos, por los estudios de cine que siguió en Londres. Y como sucede en la vida misma, uno llega a conocer a la gente por la forma cómo habla.

Seguidamente, Cueto, le pregunta: ¿Cómo conviertes un personaje real, o inventado? Franco le responde: en realidad, todos son inventados, por más que me apoye en personajes reales, pues, hasta María Callas pasa por la novela, y conoce a Diego.
Finalmente, Alonso Cueto le hizo recordar que en algunas ocasiones, ciertas personalidades le pidieron que desista de describir las miserias de los personajes marginales de Colombia. Y Jorge Franco sin sorprenderse, refirió  que con Rosario Tijeras tuvo ese tipo de problemas, sin embargo, dejó muy claro que él siempre tiene que contar las fisuras y los errores que padece la sociedad que le rodea.




domingo, 20 de julio de 2014

19 FIL DE LIMA: ANTONIO SKÁRMETA "ESTOY CONTENTO CON EL RESULTADO DE LAS PELICULAS QUE SE HAN HECHO SOBRE MIS LIBROS





Ayer se dio la conversa con el Hijo Ilustre de Antofagasta, el escritor Antonio Skármeta.

Un personaje que ha hecho de todo, desde director de teatro, profesor de filosofía, de guión cinematográfico, y de talleres literarios, conductor de televisión, ganador del Premio Casa de las Américas en 1968, exiliado fuera de Chile durante 16 años, y embajador en Alemania en el año 2000, Skármeta es muy conocido por su novela corta El cartero de Neruda, la que ha dado la vuelta al mundo, siendo incluso traducida a treinta lenguas, y llevada al cine con el mismo éxito.

En la mesa lo acompañó Patricio Rojas Figueroa, Presidente de la FILZIC Zico-sur-Antofagasta, quien simplemente usó la palabra para presentarlo. Por su parte, el invitado dio muestras de regocijo al reconocer que la poesía siempre estuvo allí, entre sus textos, ya que es el personaje real en toda su obra. Y aunque, admitió no ser poeta, siempre admiró a los versistas, y en especial, a los peruanos César Vallejo, Carlos German Belli, y Toño Cisneros.

Skármeta reveló algunos pasajes de su juventud, entre los cuales, el futbol no estaba dentro de sus aficiones, ya que mientras sus amigos jugaban partidos, él se dedicaba a leer libros, aunque en algún momento lo escogían solamente como portero.

En la escuela, un día un profesor le regaló el libro Martín Fierro de José Hernández (la historia del gaucho que es enrolado al ejército para matar indios), y desde allí no paró de leerlo, a tal punto que sus compañeros le decían: Che, ¿Así que te sabés el Martin Fierro de memoria?

Otros de los autores que lo marcaron fue el modernista español Manuel Machado con su poema acerca del destierro del Cid Campeador, verso que de memoria recitó en la sala.
De esa forma fue que decidió escribir. “un día le dije a mi papá que quería ser escritor, y él me respondió ¡Qué buena idea! pero no se imaginó que yo deseaba ser un escritor norteamericano, porque yo veía películas de James Dean, y de Marlon Brando, y también escuchaba el rocanrol”  entonces, cogió su mochila, y se despidió de su papá sin decirle que marchaba hacia los Estados Unidos, pero la cosa no fue tan fácil. Primero viajó en tren, y llegó hasta La Paz Bolivia, y sin proponérselo vivió una intensa aventura, que le hizo desistir de convertirse en un escritor norteamericano, y se volvió a Chile; aunque luego de mucho tiempo, se podría decir que lo logró, porque durante su estancia en Nueva York, escribió sus primeros relatos de ficción que hablaban de Norteamérica.

Fue entonces, que empezó a leer las líneas del poeta del siglo Pablo Neruda, quedando absolutamente impresionado por la maestría del Nobel de literatura, y entonces se le ocurrió escribir la historia del cartero de Neruda, Mario Jiménez, un humilde muchacho pescador que llenó su vida de poesía gracias a los consejos del gran poeta, además de lograr entender lo que significaban las metáforas. Así, la cercanía entre dos personajes opuestos, pero unidos por la amistad y la admiración no dejaría de ser estrecha. Mario le pregunta al poeta: “¿Usted cree que el mundo es una metáfora? Y él respondió: hagamos un trato, me voy a la cocina a prepararme un omelette, y mañana te doy mi respuesta”



La nueva, y algo extraña reubicada sala Arguedas se tornó más cálida, a medida que Skármeta recitaba versos, como si de un poeta se tratase.  Finalmente, concluyó diciendo de forma hilarante, que durante el día, en plena inauguración de la FIL, se antojó de recitar un verso erótico de García Lorca, sin embargo, se inhibió de hacerlo por estar flanqueado de dos ministras de Cultura, las de Perú y Chile.


A continuación unas breve entrevista al escritor chileno:

1.    ¿No es la primera vez que llegas a Perú, o sí?
Claro que no. La primera vez lo hice a los dieciocho años, éramos como cuatro titiriteros austeros, y llegamos para presentar un teatro de títeres, recuerdo que fue El Retablillo de Don Cristóbal de García Lorca, la historia de este viejo verde que se la pasaba dando cachiporrazos. Fue una experiencia gratificante.

2.    ¿Crees que la gente lee cómo debe ser?
Pienso que la gente lee poco.

3.    ¿Te sientes satisfecho con las películas que se han hecho sobre tus obras?
Yo  estoy muy contento con el resultado de las películas que se han hecho sobre mis libros, hablo del Postino de Michael Radford, y El baile de la Victoria de Fernando Trueba, incluso ando feliz con la que yo mismo hice como director y guionista sobre “Ardiente paciencia”.

4.    Se ha hecho algo parecido al show de los libros, el programa de televisión que hiciste durante diez años en Chile?
La verdad no. Eso solo fue una golondrina que no hizo un verano.

5.    ¿Qué te parece la gestión de la presidenta Michelle Bachelet?
Bueno, yo apoyo el gobierno de Chile que está compuesto por una coalición de centro izquierda.