sábado, 21 de agosto de 2010

CRONICAS VAMPÍRICAS




Esa vez, la doncella estuvo muy dispuesta; tanto, que al encontrárselo en la sagrada plaza, caminó hacia él, y éste al verse acosado, aceleró la marcha sobre el adoquinado; pero ella no paró hasta interceptarlo en la entrada del viejo pórtico, que a ese nivel de distancia, mostraba una luz que empezaba a perderse hasta hacerse más débil. A simple vista parecería que él tratase de huir de ella; pero, más bien se diría que él había orquestado el seguimiento. Y cuando no tuvo más opción de eludirla, ella se acercó tanto, que los labios de ambos se rozaron. Él, los tenía rojo escarlata, tan intenso que contrastaba con su pálido rostro, sus ojos maravillosos eran cristalinos de un color jade. Pero ella no tardó en besarlo tan tiernamente que él la abrazó, y al mirar hacia el cielo, la luna iba cobrando un color verduzco, que se hacía más tenue. Sus cabellos rubios se iban volviendo grises, y el viento sopló violento. Ella se extasiaba, y él la cogió de sus mejillas para intentar acariciar su lozano cuello. Nuevamente alzó la mirada hacia arriba, y sus ojos ya no eran cristalinos; más bien parecían dos pequeñas llamas encendidas, y esta vez después de devorar sus labios, se lanzó hacia el cuello y ella algo perdida en sí; dio alaridos de dolor y placer que se oyeron en toda la abadía.

Él desapareció, y la doncella quedó tendida sobre el adoquinado, con el rostro hacia un lado y los dos hilos de sangre que recorrían el resto de su largo cuello...


Hoy en día, este tipo de historias ya no son macabras, ni mucho menos terroríficas. Más bien causan fascinación a muchos jóvenes que han optado por seguirlas para así poder identificarse con sus personajes, que hoy son más seductores y sensuales, románticos y modernos, nada temibles, y más bien acordes a la moda. Pues bien, al igual que la moda vampírica-gótica que impuso Anne Rice en los setentas con su “Entrevista con el vampiro”; en la actualidad, una de las principales gestoras de este fenómeno fashion-vampiresco, es Stephenie Meyer. Una ama de casa norteamericana que a pesar de su religión mormona, no dudó en plasmar en la literatura su imaginación sobre el inframundo de los vampiros, en su ya famosa saga “Crepúsculo”, “Luna nueva”, “Eclipse” y “Amanecer”. Pero lo más curioso de este fenómeno, es que la vida de estos seres malignos hoy se vuelve más cotidiana, mezclándose entre los humanos con las mismas cualidades de un simple mortal; como el de sentir un amor verdadero; con conductas muy románticas, que antes eran propias de los caballeros de antaño, pero que hoy, pese a vivir en un automatismo implacable, atrapa de igual forma a ese público adolescente; en especial a las chicas que tienen la urgente necesidad de alimentar sus fantasías extremas, porque de todas maneras son conscientes que en el futuro tendrán que enfrentar lo dura que es la vida. No obstante, por el momento tienen todo el derecho de enamorarse de un atractivo vampiro que nunca podrá envejecer.

Por otro lado, en afán de curiosear algunos foros sobre el tema, mi asombro es inagotable, puesto que muchos jóvenes, en especial el público femenino, admiten que Crepúsculo les cambió la vida, pues a partir de su lectura ellos creen mucho más en la amistad y en el amor romántico, a diferencia de uno más desenfrenado. Y si lo trasladamos al plano de la lectura; decenas de jóvenes admitieron que al leer el primer libro, luego tenían la necesidad de leer el segundo y así el tercero. Otros, por ejemplo: leían el libro en dos días, aún con el impedimento del sueño. Eso quiere decir que los jóvenes definitivamente apuestan por la lectura en la medida que sea de sus intereses. Por eso en líneas generales, a los que quizá no comulguen con este tipo de literatura, se debe reconocer algunos de sus efectos. Lo mismo, con la literatura de Coelho o Chopra, que finalmente capta a los lectores independientemente de su calidad literaria. El objetivo, es incentivar la lectura a los jóvenes sea cual fuere el género.

Pero, volviendo a la novela del horror; ¿Qué pensaría hoy Bram Stoker? autor de Drácula, la novela de terror mejor escrita de todos los tiempos, según Oscar Wilde (amigo de Stoker), o ¿el doctor Polidori? (autor inglés del primer relato “El Vampiro” en 1819). Creo que se desconcertarían de lo “humanizado” que son los monstruos de la actual ficción.

Por mi parte, yo no deseo matar mis recuerdos terroríficos sobre el resto de personajes vampíricos, que a lo largo de mi niñez me hicieron estremecer de pavor. En especial en las películas que tuve que espectar. Personajes como: Bela Lugosi, Lon Chaney Jr., Boris Karloff, Peter Cushing, Christopher Lee, y el mismo Frank Langella, permanecerán siempre en mis fantasías morbosas; las mismas que hicieron que desarrolle mi culto hacia lo oculto.



lunes, 2 de agosto de 2010

ACEPTO UN LIBRO COMO OBSEQUIO




Aunque parezca algo inverosímil, en el mundo entero, hoy se vive un auge de las letras. Los amantes de la lectura leen títulos procedentes de todos los continentes, tenemos gente que lee a autores africanos, orientales, asiáticos, y obviamente a los europeos y los norteamericanos. En el caso de los latinoamericanos, tampoco se quedan atrás, pues desde el Boom Literario de las últimas cinco décadas, siguen pasando por su mejor momento, en cuanto a producción se refiere. Los géneros son de lo más variados, pues existen toda clase de preferencias, por ejemplo la “narrativa” siempre está ocupando el primer lugar de aceptación y ventas; más aún, que hoy se vive el fenómeno de la “literatura gótica vampírica” y en nuestro lado del continente se van incrementando enormemente las preferencias por la “literatura de autoayuda”. La misma que hace que los “gurús” del saber vivir, incrementen sus millonarias cuentas.
Hasta allí, todo parecería andar con la mayor normalidad. Pero, en nuestro medio según parece, existe una contradicción; pues si bien es cierto que tenemos a dos o tres monstruos editoriales, que publican sin parar centenas de títulos; además del incremento y supervivencia de las editoriales “independientes”, que hacen que la demanda de libros vaya en aumento; ¿Por qué cada vez se lee menos?
La respuesta no es tan sencilla para aplicarla; pues, no faltarán los que superficialmente digan que es gracias a lo caro que están los libros, incentivando así a la piratería.
En realidad el problema va más allá de ese solo factor. Pues, se juntan una serie de causas reales, que se viven en nuestro contexto social, y que involucran a todos, desde las autoridades políticas (Poderes del Estado), hasta la clase empresarial; sin dejar de mencionar por supuesto a la misma sociedad civil.
Por ejemplo: entre una de las causas, están el ambiente familiar. Pues, si bien es cierto que en un núcleo de familia se insertan problemas de distinta índole, en especial los de tipo económico; también es cierto que si los padres cultivan una serie de aficiones relacionadas a todo tipo de expresiones artísticas, incluida la lectura; es muy seguro que los hijos, en edad temprana, tratarán de emular la misma practica, logrando en muchos casos sensibilizar sus sentidos para relacionarse quién sabe; con la música, la lectura, y el arte en general; logrando así llegar a tener una concepción muy peculiar del mundo que los rodea. Por otro lado, no intentamos predicar un “puro romance”, porque quizá en el caso de las familias disfuncionales, donde los padres están ausentes, separados, o imbuidos en el trabajo, los resultados serán desalentadores; pues se hará más difícil aunque no imposible, que un niño se convierta en un adecuado lector.
También son importantes las políticas a tomar. Sobre todo ahora, que desde el 21 de julio apenas hace una semana, el presidente García promulgó la ley de creación del Ministerio de Cultura, el primero en lo que va de la historia peruana. Pues, si el INC (Instituto Nacional de Cultura) no logró hacer mucho, el nuevo Ministerio como cartera del ejecutivo, tendrá mayores condiciones de gestión para crear las nuevas políticas culturales de nuestro pueblo, de la mano del portafolio de Educación, creando más bibliotecas en la capital, y sobre todo en las demás regiones. Un caso muy curioso, me pasó hace dos meses cuando estuve en la tierra de José María Arguedas, el alcalde de la ciudad de Andahuaylas, en un recorrido me mostraba la biblioteca municipal, que por cierto, se encontraba abarrotada de escolares y jóvenes universitarios supongo, todos ellos concentrados en sus lecturas, con un lirismo apasionante, lo cual me impresionó notablemente.
Pues sí. Hace falta bibliotecas municipales, privadas, estatales, etc., ubicadas en todos los distritos y con todas las facilidades de acceso a los textos, pues ellas son la mejor vía para facilitar la lectura.
Pero también es exigible un mejor programa de capacitación para la metodología de los docentes, pues ellos, quizá por el hecho de estar desmotivados salarialmente, también se muestran poco motivadores con sus alumnos, y peor aún si esos maestros no han desarrollado el habito de leer, a falta de una adecuada comprensión lectora, que es otro de los aspectos importantes a tratar; pues no basta con querer leer, sino comprender el texto que se lee.

Ahora, quiero atreverme a decir que los jóvenes del siglo XXI si leen; pero es otra forma de lectura, ya no es la lectura lineal de textos con la que muchos de nosotros nos iniciamos. Ahora es una lectura fragmentada, pero sobre todo audiovisual. A veces, la de una obsesiva televisión que logra enajenarlos del tiempo y del espacio. Por su parte el uso de internet también es importante y necesario; por eso tampoco debe satanizársele, pero hoy las lecturas y los lenguajes son distintos. En los correos electrónicos, en los blogs, en los celulares; los jóvenes han transformado sus lenguajes y códigos, siendo ahora más agresivos, más explícitos, y en muchos casos muy soeces. Formas que definitivamente atenúan la belleza, la lírica, y el verso.

Finalmente, no todo está perdido.
Aceptemos el tipo de comunicación de nuestros hijos. Es posible que durante el día en el trabajo, nosotros nos relacionemos apenas con dos o cinco personas, y a diferencia de ellos, que quizá lo hagan hasta con mil personas virtualmente; sería innegable reconocer que hoy vivimos en una “Sociedad de la Información”. Por ello, aceptemos prudentemente sus juegos en línea, pero con mesura, y también sus redes sociales; pero al mismo tiempo trasmitámosles valores, los mismos que los harán integrales como seres humanos. Cojamos un libro adecuado a sus intereses, y explorémoslo juntos. Solo así quizá, estaremos a tiempo de transportarnos a mundo indudablemente fascinante…