Hace solo unas semanas, participé en el Maratón Adidas 2009, que por cierto se erige como el primer maratón oficial en nuestro país, y además está certificado y patrocinado por la IAAF (Federación Internacional de Atletismo) y la AIMS (Asociación Internacional de Maratones).
Para los que seguimos de cerca esta increíble prueba, no es novedad saber que casi siempre, el que llega en primer lugar es un Keniata (en el caso de pruebas internacionales generalmente, y un huancavelicano, huancaíno o cajamarquino, en el caso de las pruebas nacionales). En ésta ocasión su nombre es Anthony Mbithi, efectivamente Keniata y marcó un gran tiempo de 02.24:33 horas.
En mi caso, los 42.195 Km, se cronometraron en 4.52:09 horas, ocupando el puesto 655. Me cabe señalar sin ningún ánimo jactancioso, de que los 42K los acabé con cierta tranquilidad y con un grado razonable de cansancio. Pues sabemos que en muchos casos, los corredores en los diferentes tramos recorridos, sufren distintas molestias, a veces leves, a veces graves (agarrotamientos musculares, fuertes descensos en la presión arterial, trastornos respiratorios y excesiva aceleración cardiaca) lo que hace que algunos corredores lleguen a la meta colapsados; lo cual a mi parecer merece doble merito.
En lo personal, pese al extenso tiempo que hice en la competencia, me siento un ganador; pues con este último, ya suman cinco maratones en mi haber; y como todo maratón, implica por lo general plantearse un reto. En esta última edición mi gran reto personal consistió en participar ¡claro que sí! Pero sin haber seguido antes ningún programa de entrenamiento. ¡Sí! Así como lo leen NO ENTRENÉ ABSOLUTAMENTE NADA para tal prueba de fondo, salvo mis rutinas de footing semanales. Entiendo que muchos opinarán que fue una gran insensatez de mi parte, y no les resto razón. Incluso mi familia, muy aprensivamente se preocupaba diciéndome que era una locura lo que iba a hacer. ¡Pero mucho ojo!, no quiero ser irresponsable en invitar a que hagan lo mismo, pues quien nunca corrió un maratón, y se anime a hacerlo, debe seguir un riguroso plan de entrenamiento de por lo menos un año, incluidos dietas y cambios en el ritmo de vida, Y les aseguro que al acabarla recibirán los réditos. Pero aquí, hay algo, es un detalle que parece insignificante, pero en realidad es muy importante. Sucede que me causa mucha curiosidad y a la vez incomodidad, cuando desde hace ya muchos años, cada vez que termino una prueba pedestre (de 5k, 8k, 10k, 21k e incluso el maratón) y me encuentro con algún conocido, colega o pariente; solo atinan a preguntarme ¿En qué puesto llegaste? Y por un acto de inercia, simplemente respondo: llegué en el puesto 85, 115, 852, etc. Y es ahí donde me observan con una mirada de absoluta desaprobación, como quien dice: “¿Entonces para que corres, si no vas a llegar primero?”
Entonces ante ésta percepción colectiva del sentido de la competencia, heredada del occidente, que señala que siempre hay que apuntar a ser los primeros en toda disciplina, me doy una pausa y pienso: que quizá tenemos un poco distorsionados los conceptos o principios que regulan nuestra vida cotidiana. Hay que ser conscientes y consecuentes ante algunas realidades. Por ejemplo: en el mundo existen atletas de elite, que compiten para batir una marca y así obtener un nuevo record, atletas que participan en los diferentes torneos mundiales, olimpiadas, etc.; para ellos mi más sentido reconocimiento y admiración permanente, pero también deberíamos preguntarnos ¿Si no podemos llegar a ser como ellos? ¿Deberíamos de privarnos del hecho de llevar una mejor calidad de vida, dedicándonos a distintas disciplinas deportivas? Mi respuesta, es un rotundo ¡NO!
Ganador no es el que llega primero, ganador es el que realmente siente y vive la satisfacción de haber logrado algo que él mismo se trazó.
Bueno, y, por el momento no me queda más que decirles: ¡anímense, emprendan algo que los haga transformarse para bien. Consideren empezar a correr, todas las mañanas cerca de su casa, en su barrio, en el parque de la esquina, y luego podrán ser capaces de entrenar para la próxima edición que vendrá el 2010; y al cruzar la meta, disfrutarán su logro como ningún otro, y se convertirán en verdaderos ganadores; en miembros de una élite que ya no abunda en el planeta.(menos del 0.1% de la población mundial ha terminado un maratón).
Para los que seguimos de cerca esta increíble prueba, no es novedad saber que casi siempre, el que llega en primer lugar es un Keniata (en el caso de pruebas internacionales generalmente, y un huancavelicano, huancaíno o cajamarquino, en el caso de las pruebas nacionales). En ésta ocasión su nombre es Anthony Mbithi, efectivamente Keniata y marcó un gran tiempo de 02.24:33 horas.
En mi caso, los 42.195 Km, se cronometraron en 4.52:09 horas, ocupando el puesto 655. Me cabe señalar sin ningún ánimo jactancioso, de que los 42K los acabé con cierta tranquilidad y con un grado razonable de cansancio. Pues sabemos que en muchos casos, los corredores en los diferentes tramos recorridos, sufren distintas molestias, a veces leves, a veces graves (agarrotamientos musculares, fuertes descensos en la presión arterial, trastornos respiratorios y excesiva aceleración cardiaca) lo que hace que algunos corredores lleguen a la meta colapsados; lo cual a mi parecer merece doble merito.
En lo personal, pese al extenso tiempo que hice en la competencia, me siento un ganador; pues con este último, ya suman cinco maratones en mi haber; y como todo maratón, implica por lo general plantearse un reto. En esta última edición mi gran reto personal consistió en participar ¡claro que sí! Pero sin haber seguido antes ningún programa de entrenamiento. ¡Sí! Así como lo leen NO ENTRENÉ ABSOLUTAMENTE NADA para tal prueba de fondo, salvo mis rutinas de footing semanales. Entiendo que muchos opinarán que fue una gran insensatez de mi parte, y no les resto razón. Incluso mi familia, muy aprensivamente se preocupaba diciéndome que era una locura lo que iba a hacer. ¡Pero mucho ojo!, no quiero ser irresponsable en invitar a que hagan lo mismo, pues quien nunca corrió un maratón, y se anime a hacerlo, debe seguir un riguroso plan de entrenamiento de por lo menos un año, incluidos dietas y cambios en el ritmo de vida, Y les aseguro que al acabarla recibirán los réditos. Pero aquí, hay algo, es un detalle que parece insignificante, pero en realidad es muy importante. Sucede que me causa mucha curiosidad y a la vez incomodidad, cuando desde hace ya muchos años, cada vez que termino una prueba pedestre (de 5k, 8k, 10k, 21k e incluso el maratón) y me encuentro con algún conocido, colega o pariente; solo atinan a preguntarme ¿En qué puesto llegaste? Y por un acto de inercia, simplemente respondo: llegué en el puesto 85, 115, 852, etc. Y es ahí donde me observan con una mirada de absoluta desaprobación, como quien dice: “¿Entonces para que corres, si no vas a llegar primero?”
Entonces ante ésta percepción colectiva del sentido de la competencia, heredada del occidente, que señala que siempre hay que apuntar a ser los primeros en toda disciplina, me doy una pausa y pienso: que quizá tenemos un poco distorsionados los conceptos o principios que regulan nuestra vida cotidiana. Hay que ser conscientes y consecuentes ante algunas realidades. Por ejemplo: en el mundo existen atletas de elite, que compiten para batir una marca y así obtener un nuevo record, atletas que participan en los diferentes torneos mundiales, olimpiadas, etc.; para ellos mi más sentido reconocimiento y admiración permanente, pero también deberíamos preguntarnos ¿Si no podemos llegar a ser como ellos? ¿Deberíamos de privarnos del hecho de llevar una mejor calidad de vida, dedicándonos a distintas disciplinas deportivas? Mi respuesta, es un rotundo ¡NO!
Ganador no es el que llega primero, ganador es el que realmente siente y vive la satisfacción de haber logrado algo que él mismo se trazó.
Bueno, y, por el momento no me queda más que decirles: ¡anímense, emprendan algo que los haga transformarse para bien. Consideren empezar a correr, todas las mañanas cerca de su casa, en su barrio, en el parque de la esquina, y luego podrán ser capaces de entrenar para la próxima edición que vendrá el 2010; y al cruzar la meta, disfrutarán su logro como ningún otro, y se convertirán en verdaderos ganadores; en miembros de una élite que ya no abunda en el planeta.(menos del 0.1% de la población mundial ha terminado un maratón).
viejo todo lo que hablas es puro cuento y encima admiras a los kenianos y ni siqiera llegas entre los primeroos....fracasado0.
ResponderEliminarDe verdad q participar en una maraton de tangos km es algo emocionante y tienes q tener un fisico estupendo para seguir y terminar tal carrera y lo que importa es competir no siempre ganar aunque los tiempos en las maratones son increibles y ese comentario anterior del anonimo es bueno se nota que no sabe nada primero q hay que tener fisico y espiritu para animarte a emprender una maraton y ese q comento se nota que no tiene ni lo uno ni lo otro no tiene fisico ni para cumplirle a su mujer asi que no puede opinar sobre una maraton.
ResponderEliminarquien mete a ese ignorante para hablar del deporte
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