miércoles, 1 de julio de 2009

FARRAH Y JACKO... UN MUNDO PERFECTO?







Así de inesperadas, muchas veces nos cogen las malas noticias, como un trago amargo, o como si nos mojaran, con una cubeta repleta de agua fría en pleno invierno. Ésta vez, fueron las partidas de Michael Jackson y Farrah Faucett, las dos, coincidentemente el último 25 de Junio, la de él; a causa de un paro cardiorespiratorio en su mansión de Holmby Hills. La de ella: perdía su última batalla en un Hospital de Santa Mónica, contra un cáncer colorrectal. Son noticias desagradables, son noticias tristes; son noticias que de seguro también harán dividir en dos bandos, las tristezas y sentimientos de toda la legión mundial de cada uno de los admiradores de estos dos grandes Iconos de la Cultura Pop. Porque más grandes que ellos? En este momento, es impensable…Personalmente, he crecido y me hice joven siguiendo muy de cerca las aventuras y desventuras de ambas estrellas. Recuerdo, allá por el año 1,979 cuando todavía no llegaba a la adolescencia, mi amigo Gino (que posteriormente jugó en el club Alianza Lima, y nunca regresó del fatídico Fokker) se había traído de Tacna, que en esas épocas era como una especie de RadioShack informal con los últimos adelantos en accesorios electrónicos; una radio portátil de última generación, que recepcionaba la nueva frecuencia modulada (FM). Y como buenos vagos, permanecíamos horas de horas colgados, como el sorprendente “Hombre araña”, sobre el tanque de agua del cuarto piso del edificio donde él vivía. Y aunque parezca increíble, en vez de sentir vértigo por la altura del edificio, sentíamos un embelesamiento musical, porque debo admitir que la radio (Qué más parecía una jabonera) sonaba misma Hi Fi, al ritmo de “No pares hasta conseguirlo” del gran Jacko, tema tan pegajoso y rítmico, que lo bailábamos parados sobre el parapeto del edificio, perdiendo la noción del tiempo, sin que nos importara las miradas de estupefacción de la gente, allá desde abajo.
Pero no es mi intención dejar de lado a Farrah, porque aún me viene a la memoria recuerdos de aquella época. A mis cortos once o quizá doce años, en horas de la noche, me acomodaba frente al único televisor que había en casa (un inmenso y "moderno" Phillips de 21 pulgadas) para no perderme un capítulo de “Los Ángeles de Charlie” y poder apreciar honestamente; no los oficios detectivescos de las tres ángeles (Farrah Faucett, Jaclyn Smith y Kate Jackson) sino más bien sus grandes encantos físicos. Así, a mi corta edad, era más que cierto que mi precocidad llegaba a niveles insospechados; porque aún recuerdo qué más de una vez, llegué a tener sueños viscosos, imaginándome a la bella Farrah, saliendo del famoso afiche, provista de su traje de baño rojo, sacudiendo su linda y abundante cabellera, mostrándose toda ella, coqueta y sensual, con una insinuante sonrisa invitándome al edén. ¡Vaya que Jill Monroe! (Así se llamaba en la serie) me acompañó siempre en mis primeros escarceos eróticos-adolescentes. Y no me quedó más que resignarme al hecho de sentir una gran envidia, al saber que el "hombre nuclear" gozaba de la exclusividad (Lee Majors la desposó en 1,973 y se separó en 1,979).
Volviendo con Jacko, Tres años después, mi padre, me compró una radio-cassette portátil con potentes altavoces, marca Supra. Para eso, ya había crecido el número de mis amigos y andábamos por las calles en grupos de 10 a 15, y yo con mi “cantor” en el hombro a todo volumen al ritmo de “BEAT IT” atarantando a todos los muchachos nerds que se cruzaban en nuestro tortuoso camino, simulando ser los facinerosos del famoso video clip.
Desafortunadamente Farrah, después de intervenir solo en una temporada de la serie televisiva; (Optó por dejar la producción, y enfrentó una demanda interpuesta por el productor Aaron Spelling) intentó incursionar en el cine, pero no pudo consolidar el éxito ni la fama que adquirió con “los Angeles”, e inició una nueva relación sentimental con el también actor Ryan O´neil y experimentó nuevamente algunas aventuras televisivas que la mantuvieron relativamente vigente durante casi dos décadas, a tal punto de ser nominada en tres ocasiones a los Premios Emmy.
Me cuesta mucho mencionar la tremenda decepción que se llevó el país entero hace casi 16 años. Era el año de 1993 y la gira Dangerous World Tour bendecía a los fanáticos de Sudamérica. Argentina, Brasil, Chile, Perú y finalmente México, eran los países elegidos para gozar de un alucinante despliegue de luces, sonido y efectos especiales jamás vistos en la región. Los empresarios de Jacko
reservaron casi todas las habitaciones (220 exactamente) del Hotel Sheraton, solamente para ellos. El Estadio Nacional estaba listo para albergar a las cincuenta mil almas melómanas, y fue remozado y alfombrado de extremo a extremo por la firma Hogar de esa época. Todo estaba listo para la fecha esperada; 26 de octubre a las ocho de la noche se marcaría un gran precedente en la historia musical peruana. Pero ocurrió algo inimaginable, algo que creó miles de sabores amargos, que llenaba de frustración a una legión fiel e incondicional, que quizá solo quería ser feliz en esas dos horas de concierto, sin importarles que vendría después; la crisis económica que atravesaba el país, la delincuencia común, la injusticia social, etcétera; nada de esos flagelos, importaba si se trataba de tener al Gran Jacko aunque sea a trescientos metros de distancia. Pero el día en que todos esperaban en el Grupo Aéreo N-8 la llegada de los tres Antonov; la empresa Prodín que era la encargada del mega evento, emitió un comunicado oficial, confirmando de que Jacko había realizado una escala directa hasta México, para cumplir con los últimos conciertos del Tour. El argumento era que un desgarro muscular originó la cancelación del concierto en el Perú. Pero muchos pensaron al igual que yo, que fue un gran desplante, que decepcionó a todo el país. Felizmente yo no adquirí boletos para verlo, porque me ocurrió antes con Bon Jovi, que también nos dejó con los crespos hechos.
Ahora que muchos de nosotros lamentamos la desaparición de ambos ídolos, sabemos que sobre todas las cosas relacionadas a los mitos del espectáculo…en fin, son solo eso, glamour y espectáculo. Pero ellos, también eran seres humanos con grandes sensibilidades, felicidades e infortunios, que detrás del telón o de las cámaras, eran como cualquier otra persona, que solo deseaban un espacio propio y un poco de libertad...!
Finalmente, estaré eternamente agradecido con Farrah y Jacko, porque ellos me ayudaron a tener los sueños e ilusiones que solo se pueden conseguir con ese mundo de fantasía. Un mundo que ellos lo conocían muy bien y lo transmitían con absoluto desprendimiento…!

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