sábado, 25 de julio de 2009

MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE EXITOS



Si se trata de mujeres, tenemos extensos argumentos y sobre todo, grandes ejemplos que nos podrían ayudar a quedarnos todo el día reseñándolas. Cualquier mortal podría imaginarse que voy a reseñar innumerables argumentos de belleza y encantos femeninos, los cuales no dejan de ser importantes a la hora de hacer una apreciación al respecto, pero lo que es innegable, es la gran presencia femenina en todas las instancias sociales, políticas, económicas y sobre todo competitivas. Naturalmente hay muchos que opinan que esto es un fenómeno del siglo XXI, y en parte, tiene algo de cierto, pero también creo que no solo es una cuestión de “Épocas”, sino, basta mencionar a la reina Berenice II, (h. 269 a.c - 221 a.c) una de las primeras reinas de Egipto, que se hizo muy célebre por su pasión por las bellas artes, y además fue muchas veces vencedora de los juegos olímpicos de Grecia. Tambien se dice que tuvo la cabellera más linda entre las mujeres de Egipto. Y tampoco podemos olvidarnos de una excepcional mujer, que pese a sus truculentas artimañas, pasó a la historia como gran talentosa, entre otras notables cualidades. Nos referimos a la ultima reina de Egipto, Cleopatra VII (69 a.c – 30 a.c) que ha servido de inspiración a lo largo de toda la historia a poetas, artistas, escultores y hasta cineastas, que no hicieron otra cosa que solo hacer justicia a las grandezas del “Fatal Prodigio” (llamada así por Horacio).

Pero remontándonos al siglo XIX, existió una mujer admirada y censurada al mismo tiempo, hablamos de Virginia Woolf (1882-1941) notable escritora; una de mis favoritas por cierto, cuya “Sra Dalloway” justamente refleja la represión sexual de las mujeres de esa época, sin dejar de militar en un feminismo no aceptado. La Woolf, pese a sus patologías mentales, fue una mujer destacada entre la intelectualidad londinense y gozó de buen éxito editorial.

Soy consciente que estoy cometiendo el atrevimiento de omitir a cientos de grandes mujeres a lo largo de nuestra historia, pero creo que esa labor es para los buenos historiadores; así es que, concluiré la reseña con “La Dama de Hierro” del siglo XX, nada menos que Margaret Thatcher, que sin duda fue una pesadilla para los argentinos ochenteros. Ella fue una notable científica, pues había estudiado Química y se dedicó a la investigación en sus primeros años profesionales, pero no podía con su genio de activista, para lo cual estudio leyes y ejerció la política desde muy joven, militando en el Partido Conservador de Londres, cuyo desenlace es conocido ya por todos: ganó tres elecciones consecutivas y fue la primera mujer europea en convertirse en primer ministro.

Con todos estos antecedentes, realmente no es novedad reconocer que el verdadero “sexo fuerte” le pertenece a las mujeres. Sino lo creen, háganse la pregunta más trillada de todos los tiempos: ¿Qué sucedería si un hombre saldría embarazado? Definitivamente no lo soportaría, y terminaría muriéndose. Claro que el único valiente fue Arnold, pero solo en la ficción. Supongo que con lo que estoy afirmando, estoy sacando más de una roncha a toda esa legión de machistas dignos de Latinoamérica. ¡Pero maestros! Lo justo es lo justo, y creo que ya es hora de ejercer la hidalguía. ¡Arriba las mujeres!..

Por otro lado me siento orgulloso de ser peruano, pero en especial, también de saber que nuestras mujeres si sacan la cara por nuestra patria. Ejemplos, los hay innumerables, pero nuevamente pecaré de mezquino con algunas pocas perlas:
Lastimosamente en este año nos dejó la gran Blanca Varela, prodigiosa ella, siendo la primera mujer que ganó en el año 2006, el premio internacional de Poesía Ciudad Granada Federico García Lorca, y al año siguiente, nada menos que la XVI edición del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Creo que también nadie me perdonaría si no mencionara a María Isabel Granda Y Larco, más conocida por todos como “Chabuca Granda” nuestra gran cantautora, también Barranquina, como el que les escribe; quien enfatizo en sus letras a la buena Lima de antaño. Nuestra gran Chabuca fue tan grande y reconocida, que sus composiciones han dado la vuelta al mundo en las voces de los mejores cantores. Y ahora en pleno siglo XXI seguimos bendecidos por grandes precursoras. La ciudad sagrada de Caral, por ejemplo, una gran civilización ubicada en el valle de Supe, por cierto la más antigua de América, al igual que Egipto, tiene una antigüedad de 5000 años, y por si fuera poco, declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ¡Sí señores! y la gran responsable de tremendo reconocimiento es nada menos que la Dra. Ruth Shady quien fue la que mostró al mundo entero, nuestra antigua cultura, investigándola tenazmente desde el año 1994. Ojala que tuviéramos cientos de Dras Shady, para mostrar las grandezas de nuestro país. Y así la lista nunca se va a acabar, por ejemplo: Sofia Mulanovich, la primera mujer sudamericana en ostentar el titulo mundial de Surf por la WCT en el 2004; la irreverente Kina Malpartida quien obtuvo de manera sigilosa el titulo mundial femenino de boxeo (AMB) en categoría superpluma en febrero de este año. Y como no reconocer la reciente y digna actuación del equipo femenino de vóley de menores, que quedó en sexto lugar en el mundial de Tailandia 2009. Y como para cerrar con broche de oro; hace solo algunos días, una joven peruana llamada Brenda Mau, quedó en segundo lugar en un importante reality de canto español (Operación Triunfo), el mismo que catapultó al éxito hace ocho años a David Bisbal.

Solo me queda ofrecerles a ese extenso ramillete de dignas heroínas; un profundo y eterno agradecimiento por el solo hecho de vivir en nuestras mentes ilusionadas, y esperanzadas de poder seguir teniendo alegrías y satisfacciones, que solo ellas pueden regalárnosla.
¡Arriba mujeres! ¡Siempre arriba! Hasta las estrellas! Como repitió antes de irse a la gloria el aviador peruano Jorge Chávez.

1 comentario:

  1. que buena onda tio de seguro que quieres ganarte el cariño de todas y si es asi te deseo suerte en tu discurso pro femenino.

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