“Algunas veces los Simpson
son mi influencia, así como Cervantes o Shakespeare”
El Festival de la palabra es
un acontecimiento cultural que se da por primera vez en Lima solo por cinco
días, organizado por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica
del Perú, y entre sus eventos diarios, el día de ayer se dio una conversa entre
la periodista mexicana radicada en nuestro país Lizzy Cantú y el prestigioso
escritor Yuri Herrera.
Herrera, que actualmente
radica en Nueva Orleans, ya tiene un sitio ganado en las letras
latinoamericanas, y su obra ya ha sido traducida a cinco idiomas en Europa. Sus
tres novelas claves son “Trabajos del reino” (Fondo Editorial Tierra Adentro.
México, 2004). Reeditado en España por Periférica en 2008 y 2010 “Señales que
precederán al fin del mundo” (Periférica, 2009) y “La transmigración de los
cuerpos” (Periférica, 2013).
La conversa se dio en la
sala de conferencias del lugar, ante la presencia de un escaso público, aunque,
entre ellos estuvieron los escritores Rodrigo Fresán, y el boliviano Rodrigo
Hasbún.
Cantú planteó la idea de que
en los libros de Herrera, si bien se encuentra extremada violencia, tampoco se
recurre al propio lenguaje de ella (la violencia); algo así como una prosa
sofisticada. Inmediatamente Herrera
aclaró que para él la violencia en sus libros no es para nada sofisticada;
porque la distinción entre la forma y el fondo no tiene ningún sentido en el
lenguaje narrativo, y más bien habría que emprender la misión de encontrarle
nuevas denotaciones a las palabras. Sencillamente, él se resiste a aceptar que
existe un lenguaje literario. Aunque resaltó que su editor de Periférica en
España Julián Gutiérrez, lo respeta como debe ser, pues, en caso de querer
cambiar una coma, no duda en llamarle para avisarle. Seguidamente, en un tono
algo provocador, reconoció que algunas veces sus influencias vienen de la serie
de animación Los Simpson, tanto como de Cervantes o Shakespeare.
Además, considera que la
violencia no nació sola, y que si bien, ésta no solo es parte de México,
existen algunos factores que la alimentan, como la presencia de una cultura
machista y misógina; y la indiferencia de las autoridades, entre otros. “No se puede encontrar un solo elemento que
construya la violencia, a estas alturas ya no podemos verlo solo como un
problema nacional”.
Ante una inquietud de un locuaz
asistente en el público, que le insinuó la importancia del personaje del Chavo
del ocho en la cultura mexicana, Herrera no tardó en responder que en su
familia había mucha represión, ya que su padre siempre odió al Chavo, por
considerar que siempre se burló de los pobres. Y a causa de esa represión, él
no se siente orgulloso de dicho personaje, porque nunca vio el programa de
niño, sin embargo, reconoció que es parte del patrimonio mexicano, y que ha
permitido hacer un posterior lenguaje con sus diferentes registros.
Entre otras cosas, la Cantú añadió
que en su último libro (no dijo cuál, presumimos que hablaba de “La transmigración
de los cuerpos”) se nota un silencio de las autoridades, agregando así la
pregunta ¿Cómo abordas el tema del silencio en tus novelas? Yuri Herrera: Yo hice una lista de palabras que no debía
utilizar, como, droga-gobierno-corrupción; que son algo codificadas. El
silencio es una manera de acercarnos a los temas o circunstancias más difíciles; por ello, hay que confiar en
la intuición de los lectores.
Para cerrar la conversa, que
apenas duró una hora, Cantú le pidió a Herrera (no entendemos a qué se refería
exactamente) un conjunto de palabras felices…y el respondió algo desconcertado:
“No lo sé, supongo que las palabras no
deben sonar a malditas, y debemos reconvertirlas a algo que suene mejor”.
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